viernes, 9 de mayo de 2014

Dame más queso, llena mi copa de vino.

Anoche asistí con unas amigas a la cata de queso y vinos que organizo La casa de los queso de Las Palmas, en la calle Sagasta nº 32.
Es mi primera cata. Lo pasamos muy bien disfrutando de la mesa que había preparado con mucho amor y cuidado Ricardo y Gloria, los dueños del establecimiento.
  
Llegamos puntales a la cita, fuimos las primeras en llegar. Después de los saludos y las presentaciones de mis amigas, pasamos a la tienda. Nos espera una mesa improvisada, bien presentada y atractiva; llena de copas de vinos bien puestas, frutos secos, panes, racimos de uvas y una mermelada de manzana con pistachos y canela.

Todo esta bien presentado, para disfrutar de los verdaderos protagonista de la noche; los quesos de Flor de Guia y los vinos de las pequeñas bodegas de Gran Canaria.



Mientras esperamos a que atiendan al último cliente de la noche. Una señora en sillas de ruedas acompañada por un chico joven, que tenia el aspecto de ser su nieto. Y llegan todos los que han hecho su reserva, Ricardo me hace pasar a la trastienda, me enseña todos los quesos que vamos a degustar durante la velada. Mis amigas mientras tanto están mirando los productos que hay en las neveras y en la estanterías de la tienda...


Es la hora, un matrimonio falta por llegar. Todos estamos sentado en la mesa, los anfitriones son los únicos que permanecen de pie. Hablamos entre nosotras y los otros asistentes, es una buena oportunidad para chatear con desconocidos, para entablar nuevas amistades.

Con la llegada de los últimos invitados y, todos sentados en la mesa. Ricardo parte el primer queso y nos habla de su origen; un queso de vaca canaria sin denominación de origen, un queso de flor de textura suave y cremosa. Empezamos con el ritual, nos pasa el queso para que disfrutemos de su aroma antes de probarlo, después lo corta en cuñas, lo dispone en tablas.


Para acompañar este queso, Gloria, su mujer nos sirve un vino blanco con aromas florales; La Montaña, ¡buen aroma!...Entre nosotras comentamos lo agradable que nos resulta. Le doy un bocado al queso y tomo un sorbo de la copa, disfruto de sus sabores, de lo agradable que resulta el sabor del queso, lo cremoso que esta.  No tengo mucha experiencias con los vinos, bebo en pocas ocasiones. Pero desde mi punto de vista y falta de experiencia os puedo decir que el vino entra muy bien.

Tomamos pan, picamos frutos secos, escuchamos como aprendices todo lo que nos cuentan Ricardo y Gloria; como buenos anfitriones, ellos, nos invitan a más queso, nos llenan las copas nuevamente de vino.
Pasamos al segundo queso de la noche, tengo ganas de más. Ricardo nos habla del origen del premio que ha recibido el pasado 1 de mayo en la Feria de quesos de Galdar. Nos dice que es un queso de flor con un toque de amargura al final de su sabor, sigue comentando su proceso de curación. Nos narra los requisitos que tiene que reunir para ser un queso con denominación de origen, y la cantidad de papeles, normativas y leyes sanitarias que tienen que cumplir.
Vino blanco La Montaña.
Mermelada de manzana con pistachos y canela.
El segundo queso de la noche, premiado en la feria. Mi amiga Noelia, profesora de biología, amablemente posa con el queso para que una servidora pueda ofrecer una imagen de él, para todos/-as ustedes. 



Llega el momento de cambiar de vino, nuestros anfitriones nos sirven un listán negro. El listán es una variedad de uva negra que se cultiva en todas las Islas canarias.

Un vino de color rojo rubí, llamado el Volcán. Brilla dentro de la copa.

Mi amiga Soco, mi compañera de la editorial y correctora de  mis relatos, posa con la copa en su mano.

El vino apetece nada más verlo. Tomo un sorbo, deleitándome en el sabor de la uva. Pensando que es un buen vino para acompañar a mi jamón de cerdo a la sal, que he cocinado esta semana.

Mi amiga Virginia, interrumpe mis pensamientos. Me da una almendra para comer, me dice ahora, que pruebe nuevamente el vino. El sabor terruño de los minerales de la piedra volcánica, le da un toque místico.

Catamos dos queso más de la quesería de Pavon, uno de ellos curado en una cueva. ¡Excelentes los dos!
Rematamos la cata con un vino dulce de los Hoyos, Don Vicente.
Me sorprendió gratamente, dulcemente conquisto mi paladar. Aunque no tomo mucho vino me apasionan los vinos dulces.
Entre ellos el Brumas de Ayosa dulce,  la verdad me alegra ver que nuestra bodegas hacen un vino que se asemeja a los grandes vinos que han sido premiados muchas veces en la cata insular.

Mi agradamiento a los dueños de La casa de los quesos de Las Palmas, por el esfuerzo que han hecho por ofrecernos estos excelentes productos. Por ser unos grande anfitriones.

Si quieres saber más sobre los productos que se venden en La casa de los quesos de Las Palmas, abre el enlace.

También puedes ver la vídeo entrevista que  les realice para este blog.


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